BUSCANDO EL CAMINO PARTE 2
A veces consideramos que nuestras decisiones y forma de actuar son
acertadas y hasta creemos que los demás están equivocados. Muchas veces nos indisponemos, porque no
entendemos a quienes tienen una interpretación diferente de nuestra manera de
ser. Ante esta situación lo único que puedo decir es que cada quien tiene su
propia óptica de la vida y tanto una u otra forma de ver y apreciar una
situación, es tan válida como la otra.
Hemos entendido que lo importante es hacer valer mi punto de vista y sentir
un choque con quienes no confirman mi forma de pensar. Todo esto es resultado de la sociedad en que
vivimos y todos los paradigmas bajo los cuales hemos crecido. Por qué tan
difícil el poder entender al otro y poder crecer en nuestro ser, al dar validez
no solo a nuestra afirmación sino a la del próximo
Qué tal si estando ubicados en un salón de clases nos ubicáramos en
diferentes puestos, qué observamos?........... seguramente que en cada lugar la
óptica es diferente, que en cada lugar podemos ver con mayor claridad
diferentes puntos y otros no, por eso vuelvo y confirmo que todo es posible
desde la óptica que veamos las cosas.
Esta es una invitación para que en cambio de luchar por buscar hacer valer
mi pensamiento, estemos dispuestos y con apertura para aceptar la forma de
pensar de quien está al lado.
Seguramente si incluyéramos esta forma de actuar diariamente no
tendríamos por qué estar disgustados y constantemente chocando con los
demás.
Muchas veces nos disgustamos con los demás, pero no nos tomamos el tiempo
de entender la situación que cada quien puede estar viviendo, tan solo queremos
imponer la nuestra como la única verdad.
Un ejemplo del diario vivir es cuando vamos al banco y nos encontramos con una larga fila y en
el desespero tan solo protestamos, pero nos hemos detenido por un momento a ver
las circunstancias que han creado esta situación, tal vez una transacción que
ha llevado más del tiempo del debido, posiblemente el sistema puede estar lento
dificultando mayor agilidad, algún cajero que ha estado enfermo y no puede
atender como lo haría normalmente, algún cajero con algún inconveniente
familiar, algún cliente que se equivocó en diligenciar la papeleta y todo esto
unido hace que todo se retarde y perdamos la paciencia, nos hace lanzar juicios y afirmaciones que
muchas veces son equivocadas, pero que las convertimos en verdad.
Esta es una invitación para que veamos cuantas veces hemos creído estar en
la verdad y no nos hemos tomado el tiempo de ver o escuchar al otro, para poder
tener una óptica más clara de la situación y no solo la de NOSOTROS.
JUAN CARLOS VARGAS
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